Supongo que esto ya solo es cuestión de dinero. Me siento ofendido, no... enfermizo de haber aceptado este duelo. Siempre competí contra mis iguales, contra verdaderos profesionales. Ahora no sé qué hago atizándole la paliza de su vida a este remedo de deportista.
¿Qué se supone que es este tipo? ¿Un bufón queriendo golpear guerreros? Sé por qué se ha hecho famoso: videos ridículos y humor barato. Qué insulto... Aún recuerdo una de sus polémicas y me siento orgulloso de la educación que recibí. Este pelmazo se burla de otras culturas y todavía se burló de una desgracia personal. Nadie está exento de la depresión o sus efectos y este tipo osó burlarse. Es repugnante, no, es un imbécil.
Un gancho directo a mi rostro que ni siquiera me molesto en bloquear y solo esquivo. Sigue una combinación básica de escuela de niños ricos. Solo bloqueo. Finalmente un golpe a profundidad que deja descubierto su pecho debido a sus pies torpes y su postura de gelatina mal hecha. Lo golpeo tan fuerte que hasta me siento mal. La expresión en su rostro me indica que jamás ha recibido golpes de verdad en su vida. Lo veo tambalearse y tratar de recomponerse. No lo voy a seguir, sería como jugar con mi presa. Dejo que el réferi haga lo suyo y le dé un poco de paz ante la brutal golpiza que va a recibir en el siguiente round.
Voy a la esquina, ni siquiera estoy cansado, solo lo hago por protocolo y para no verme como un fanfarrón.
Mi entrenador me dice algo sobre no apresurar las cosas. Claro, necesitamos que esto dure seis encuentros, pero yo ya estoy harto. Veo por encima del hombro del coach que esté idiota se está burlando de mí. Me hace caras y le susurra algo a su compinche. ¿En serio? ¿Todavía después de la clemencia que estoy mostrando? Eres un grandísimo estúpido.
Me levanto, suena la campana y me voy directo a los golpes sin pestañear. Tengo sudor en mi frente, pero es más por el esfuerzo de contenerme que por lo difícil del encuentro. Se acabó tu chiste, niño bonito. Es hora de que veas cómo se desempeña un profesional.
Combinación rápida que esquivo y contesto con dos puñetazos a su cara. Un gancho al hígado que no me conecta debido a su torpeza y yo contesto con un directo a su mandíbula que lo hace estremecer.
El idiota me intenta apantallar con un juego de pies y un descuidado gancho. Otra más de sus bravatas. Eso es de libro, muchacho, yo mismo escribí varios capítulos. Ejecuto un jab, otro y otro para medirlo bien y después otro directo a su estúpido rostro. Ahora es mi momento, ahora que ni siquiera sabe qué pasa. Una combinación tan rápida y tan brutal que su cuerpo no sabe ni cómo reaccionar. Veo de reojo a su coach que le grita de cosas al réferi. Todo transcurre en cámara lenta. Esto está a punto de terminar.
Un gancho izquierdo directo a su cachete hinchado. Esto es por burlarte de mí y de mi deporte; por creer que está disciplina se aprende con un tutorial y sin practicar; por burlarte de todos los profesionales anteriores a mí. Su cuerpo ya perdió todo equilibrio y solo se sostiene por mera inercia.
Un cruzado de derecha con mi fuerza calculada. Esto va para que aprendas: es una reprimenda que debió darte tu padre; es el castigo que debiste tener en la escuela, es el "estate-quieto" que debieron aplicarte por todas las veces que te burlaste de todo lo diferente y de todo lo que consideraste inferior; esta es tu lección, estúpido y bravucón niño privilegiado. ¡A la lona con tus payasadas!
Lo veo cayendo en su camino contra la lona y me doy la vuelta, pues no merece la pena celebrarlo. Me voy a la esquina y me quedo sentado mientras veo cómo llegan los paramédicos con premura. No sean ridículos, ese golpe apenas fue apara noquearlo...
Espero que entiendan, ridículos, una profesión no es una burla, es un camino arduo y brutal que lleva mucho empeño, disciplina y sacrificio. Ponte en los zapatos del otro antes de menospreciar su trabajo. Que esto les sirva de lección...
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