Estaba en la fila para acceder a la función y mis amigos aún no llegaban. Cargaba con la mochila que llevaba mi promesa y en la otra mano mi...

Premier y promesa — Reflexiones

Estaba en la fila para acceder a la función y mis amigos aún no llegaban. Cargaba con la mochila que llevaba mi promesa y en la otra mano mi combo. Tenía mi boleto en el bolsillo de la camisa para no perder tiempo en sandeces. No hubo problema con la mochila, pues les mostré lo que llevaba.


Faltaban dos personas para que yo pudiera entrar cuando escuché a mis amigos gritar:

—¡”Chino”! Espéranos en el pasillo.

Habían llegado por fin. Se dividieron en dos grupos: Unos a la dulcería y otros al acceso. La estrategia de siempre.

Entregué mi boleto y los esperé en el pasillo junto a la puerta. Tardaron menos de lo que pensé.

—¿Todo bien? Llegan tarde —comenté.

—Pero a tiempo para la peli, ¿no? —Dijo Quique al tiempo que pasaba a mi lado.

Entramos a la sala y recorríamos el pasillo rojizo para acceder a nuestros asientos cuando él rompió el silencio.

—Dicen que esta es muy mala —comentó Quique— ¿Crees que lo sea?

—No sé, pero a él le habría encantado venir.

Silencio incómodo.

—Tienes razón —concedió—. Y si fuese así, él la vendría a ver dos veces más. ¿O no? —dijo dándome un ligero codazo.

Me reí. Era verdad.

Nos acomodamos en los asientos. Ocupamos casi toda la fila y dejamos el asiento de en medio libre como era tradición. Ahí era donde se sentaba mi amigo Saúl.

Por él fue que iniciamos la tradición. Aún lo recuerdo como si fuese ayer:

—¡Güey, ya casi sale la peli de los X-Men! ¡Vamos a verla! —Me decía con emoción en aquel lejano año 2000.

—No sé —le contesté—, me da hueva. Seguro va a ser una basura.

—No te estoy preguntando —me replicaba él—. Dije que VAMOS a verla.

Juntó a la banda de frikis de siempre y nos compró los boletos a todos con el dinero de su beca. Estaba súper emocionado. Llegamos al estreno, se sentó en medio de la fila y me convidó de su combo pues yo no traía dinero.

Cuando salimos él estaba maravillado. No paraba de decir detalles de la peli y compararla con el cómic.

—¡Me encantó! —expresó casi gritando—. Si sacan más películas de súper héroes hay que venir a verlas todas, ¿va?

Estaba tan emocionado que nadie se negó. Le hicimos la promesa de ir todos a la premier de estas películas.

Y así lo hicimos por años. Las secuelas de X-Men, de Wolverine en solitario, La Liga extraordinaria, Watchmen, las pelis de los Vengadores, incluso de otras sagas o franquicias que alimentaran nuestro apetito friki. Nunca faltábamos a los estrenos.

Estaban empezando los avances cuando saqué la foto de mi amigo Saúl de la mochila que cargaba y la puse en el asiento de en medio viendo a la pantalla. Su lugar favorito.

—No quiero perderme “La Liga de la Justicia” aunque digan que va a ser una porquería —me había dicho una semana antes de irse para siempre.

Me acomodé en mi asiento y preparé mi combo.

No, amigo. No te la perderás. Una promesa es una promesa…


Khan Medina

reflexiones


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